Te he amado desde que llevabas una mochila escolar en la espalda. Pensé que eras un lolicon, pero había una parte de mí que sólo sentía lujuria por ti. Cuánto me haría sentir mejor si pudiera expresarte mis sentimientos. Mi hija me odiará. ...Pero llegué al punto en el que ya no importaba, lo único en lo que podía pensar era en ti.