Kenji, que es adicto a Internet, no puede dejar su computadora ni siquiera mientras come. Su madre, Yu, está preocupada por su abstinencia y continúa cuidándola. Kenji pone a Yu, de buen corazón, a dormir con drogas y la vende a sus amigos en línea a quienes les gustan las mujeres casadas. Un sueño indefenso. Se escapa un grito ahogado. Una vagina que se moja inconscientemente. Un cuerpo que aprende el placer de la polla de otro hombre sin darse cuenta. Roba tu conciencia y haz lo que quieras con tu cuerpo.