Tres esteticistas diabólicas que te invitan con desprevenidos shots de bragas a una estética masculina donde los servicios sexuales están prohibidos, y atacan en el último momento tocando sus grandes pechos y bellezas. Cuando el pene erecto y la entrepierna de la señora se rozan y su excitación mutua llega al límite, ``sin avisar a la tienda'', se brinda una paja con aceite sujetando la polla y un rico servicio de mamada con aceite babeante. El pene erecto se guía y se inserta en la entrepierna viscosa.