El sexo con esas chicas era como una droga de la que una vez que te vuelves adicto, no puedes escapar de ella... Hoy también fui llamado al hotel por dos diablillos uniformados, y mientras esperaba varios minutos, mi cuerpo, como profesor, no pudo evitar doler. Mi alumno, Mitsuki, me engañó cuando visité su casa, y desde que aprendí a hacer cunnilingus con Mitsuki y dedos con Mai, mi cuerpo ha sido tratado como un juguete, pero hoy...