Me escapé de casa. Por eso le pedí ayuda a un anciano del que no sabía mucho. Sólo te dejaré quedarte en mi casa por un tiempo, para que no sea peligroso... ¿verdad? Una niña cuyo cuerpo ya ha crecido, pero su corazón aún es inmaduro. Un anciano que buscaba sexo me llamó la atención y me enseñó a sentirme bien en cada centímetro de mi cuerpo. Poco a poco, la niña que no debería haber sabido nada.