DHLD-008 Cuando fui a un salón de belleza para hombres en el que se rumoreaba que solo trabajaban mujeres hermosas, ¡mi pene estaba a punto de explotar debido a los tratamientos extremadamente eróticos realizados por las damas! ! Es más, ¡pude hacerlo en vivo con el susurro divino de ``¡No se lo digas a la tienda!''!