Un magnate local en un hotel de lujo pagó mucho dinero para concertar una cita con una belleza periférica de cuerpo endiablado y buena apariencia. Se la folló tan fuerte que ella le suplicó clemencia: No puedo soportarlo más, tú. Me vas a joder hasta la muerte. Perra y pervertida, ven dentro de mí ahora, ¡me vas a cabrear!