Dejé de vivir sola y regresé a la casa de mis padres donde vive mi hermana. Como de costumbre, mi hermana mayor era una persona desnuda que no usaba ropa en casa. Me costaba saber hacia dónde mirar, y cuando le advertí que se pusiera algo de ropa, acabó deambulando por la casa vestida como un conejito al revés. Y por alguna razón eso me emocionó...