Ella se presentó ante mí para hacerse cargo de la deuda de sus padres. Tenía ojos puros que desconocían las partes sucias del mundo. Como para traicionar su corazón puro, seguí violándola todos los días. Las estaciones cambiaron y pasó un año. Ahora se ha convertido en una excelente mujer adulta que sigue moviendo las caderas.