Un día, en el sofocante calor del verano, su marido trajo a casa a Kiyoshi, un joven colega local. Me acababa de mudar a Tokio desde el campo y aún no tenía un lugar donde vivir, así que tuve que cuidarlo en casa durante unos días. Al principio, Natsuo no puede ocultar su ansiedad debido a su apariencia torpe y aterradora, pero a medida que lo conoce, descubre que es un joven puro y de buen corazón. Por otro lado, Kiyoshi también pasa tiempo con Natsuo, quien irradia un atractivo sexual gentil y cautivador.