Rima, a quien sólo había conocido una vez en una cita grupal, me invitó a salir y en el karaoke, a la persona con la puntuación más baja se le ofreció un juego de golosinas y mientras yo cantaba para aspirar a la puntuación más alta, de repente Me interrumpió acariciando mis pezones y mi polla, y mientras me retorcía, mis pezones... ¡Más molestias con el karaoke de lamidas y pajas! Al final, no pude cantar bien y perdí el juego, así que vino hacia mí en la calle y me dijo: ¡Gracias por el regalo! y me atacó hasta la muerte, dejándome a mi merced.