Las mujeres pueden masturbarse en cualquier momento y en cualquier lugar sin poder controlar su deseo sexual. Hoteles de negocios, baños públicos, residencias de empleados, cibercafés... Ya sea viendo vídeos traviesos, fantaseando o liberando estrés, una vez que entra en modo erótico, se toca frenéticamente los pezones y los genitales, eyaculando con avidez, casi como un animal en celo. Desatado fulminante