Para cumplir su sueño de convertirse en ídolo, Lina deja a sus padres y vive con su tío, un pariente al que odia. Él ignora el acoso sexual del anciano lolicon y trata a Lina con ojos fríos, mirándola y tratándola con malicia. Cuando se mezclan en secreto diuréticos y afrodisíacos con agua, el cuerpo y el cerebro se vuelven tan excitantes que su racionalidad colapsa. Un cuerpo cuya uretra estalla porque no puede dejar de orinar.