Mi hermana pequeña, que creció hasta convertirse en delantera, es muy linda, pero pensé que hablaba muy en serio y no tenía nada que ver con el sexo, ¡pero en realidad era una niña extremadamente lasciva! En casa, mi desprevenida hermana menor descubrió que tenía una erección, y cuando pensé que me odiaba, empezó a excitarse... ¡tanto que se montó a horcajadas sobre mí y sacudió sus caderas violentamente! Su polla gotea con lascivia que no puedes imaginar por su habitual seriedad.